Quizás fuese simple coincidencia, pero por la mañana Benedicto XVI (el "barrendero de Dios") decía que la Iglesia "no esconde las heridas que han marcado a la comunidad eclesiástica por la debilidad y el pecado de algunos de sus miembros" y se mostraba dispuesto a "hacer justicia". Por la tarde, el provincial de los jesuitas alemanes, Stefan Dartmann, reconocía públicamente que ocultaron durante años, de manera sistemática, los casos de abuso sexual y de violencia contra menores en los colegios de la orden en ese país.
Un mea culpa sin paliativos ni justificaciones ni disculpas: "Reconozco con vergüenza y culpa el fracaso de Orden". Más aún, está dispuesto a pedir perdón, uno a uno y personalmente, a las 205 víctimas. Y, por supuesto, a indemnizarlas.
Hay sintonía entre el Papa y la Compañía de Jesús, la más importante de las congregaciones religiosas del mundo. Es probable que las demás congregaciones sigan el camino marcado por el Papa y por los jesuitas. La Iglesia lo necesita.
De hecho, es muy probable que el Papa Ratzinger vaya incluso más allá. Y, al igual que Juan Pablo II pidió perdón por los pecados de la Iglesia, Benedicto XVI pida perdón solemne y públicamente por la lacra de la pederastia. El mea culpa podría escenificarse entre el día 9 y el 12 de junio, fechas en las que se celebrará en Roma un encuentro mundial de sacerdotes, como clausura del Año Sacerdotal. Así sea.
José Manuel Vidal
http://blogs.periodistadigital.com/religion.php/2010/05/27/el-ejemplo-a-seguir-de-los-jesuitas-alem
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