MEXICO (AP) _ El cardenal mexicano Juan Sandoval Íñiguez afirmó que no le gustaría ser nombrado delegado del Papa para reformar a los Legionarios de Cristo y calificó al fundador de la orden como un "psicópata" que vivió una doble vida.
"No me gustaría, pero si me mandan tengo que obedecer", dijo.
El vaticanista Sandro Magister dijo el lunes en su blog que los cinco obispos que investigaron a los Legionarios mencionaron a Sandoval ante el Papa Benedicto XVI como la persona que podría ser su enviado especial para refundar la orden.
El Vaticano denunció el sábado que Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, llevó una doble vida inmoral tras revelaciones de que abusó sexualmente de seminaristas y tuvo al menos un hijo a pesar de ser sacerdote. La Santa Sede anunció que nombraría un enviado papal para reformar la orden.
Sandoval, actual arzobispo de Guadalajara, aseguró que no ha recibido ninguna llamada del Vaticano para mencionarle esa posibilidad, aunque reiteró que no le gustaría "porque es un trabajo muy grande, muy arduo y de mucha responsabilidad".
El purpurado dijo que si tuviera la opción, le diría al Papa que buscara a otra persona para encabezar la "purificación" de los Legionarios, a cuyo fundador calificó como "un psicópata, un esquizofrénico, de una doble personalidad muy bien definida".
Aseguró que él nunca estuvo cerca de Maciel y aventuró que el Papa Juan Pablo II no supo de las acciones del religioso.
"El Papa está muy arriba y no sabe todo... el Papa no es un adivino", dijo Sandoval.
El cardenal mexicano confió en que la Iglesia católica "va a salir adelante" de la crisis que enfrenta por los escándalos de abusos sexuales por parte de clérigos.
El caso de Maciel, fallecido en 2008, ha sido considerado un ejemplo de la inacción del Vaticano frente a las denuncias de abusos, debido a que sus víctimas promovieron desde finales de la década de 1990 un juicio canónico contra el religioso, pero fueron obstaculizados por los partidarios de éste en el Vaticano.
En 2006, un año después que asumió Benedicto XVI, el Vaticano ordenó a Maciel que llevara "una vida reservada de penitencia y oración".
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