Los numerosos casos de pederastia descubiertos en la Iglesia en los últimos meses han obligado al propio Vaticano a intentar mostrar una imagen más contundente con los sacerdotes y religiosos que cometen este tipo de delitos. Aunque Benedicto XVI ha tratado de impulsar una política de “tolerancia cero” contra los curas pederastas y ha decidido expulsar a quienes sean condenados por este delito, lo cierto es que esta doctrina no se está aplicando: en España, el sacerdote Luis José Beltrán Calvo, quien fue condenado a ocho años de prisión por abusar de un monaguillo, sigue oficiando misas ahora que ha abandonado la cárcel, y no ha sido castigado por el derecho canónico.
En 2004 el sacerdote Luis José Beltrán Calvo fue condenado a ocho años de prisión por abusos sexuales a un menor. Unos ataques que habían comenzado diez años antes, cuando un niño de 10 años comenzó a ayudar al sacerdote ejerciendo de monaguillo.
Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Jaén, y la posterior ratificación de la misma por parte del Tribunal Supremo, el cura abusó sexualmente del niño entre 1995 y 1998 de manera reiterada, y llegó a pegarle cuando en alguna ocasión el pequeño se resistía a los abusos. Además de su paso por la cárcel, el sacerdote tuvo que indemnizar al menor con 12.202 euros.
Misas tras la condena
Ahora, Beltrán Calvo, de 45 años de edad, ha cumplido dos tercios de su condena y se encuentra en libertad condicional. Lo primero que hizo, según informa Público, al abandonar la cárcel el pasado mes de marzo, fue regresar a su pueblo natal en Jaén, Mengíbar (los abusos se cometieron en una localidad vecina, Alcalá la Real), para oficiar una misa.
"No está suspendido a divinis"
Desde entonces, según los testimonios de los fieles del municipio, Beltrán oficia misas con frecuencia porque, a pesar de su condena judicial y de las intenciones del Vaticano de tener mano dura con los religiosos pederastas, lo cierto es que continúa siendo un sacerdote católico a todos los efectos. De hecho, Beltrán no ha sido condenado canónicamente y, según ha confirmado el Obispado jienense, “no está suspendido a divinis ni se le ha reducido al estado laical”, por lo que nada puede impedirle que oficie misas.
Sin misión pastoral
Además, el Obispado apuntó que el sacerdote no tiene encomendada actualmente ninguna misión pastoral, y descartó que se le vaya a asignar alguna. Pero la diócesis también desacartó que se vaya a actuar contra él de ninguna manera con el derecho canónico, como tampoco se hizo en su día en 2001, cuando fue detenido.
Apoyo del Obispado...
De hecho, cuando el sacerdote fue condenado, el propio Obispado no sólo no se unió a la condena, sino que defendió a capa y espada su inocencia. El entonces obispo de Jaén, Santiago García Aracil, tras conocerse la condena del Supremo, emitió un comunicado en el que aseguraba que no condenaba “moralmente a este hermano en el sacerdocio negándole credibilidad cuando afirma que no tiene conciencia de ser responsable de los delitos que se le imputan”.
“Considero deber mío, como padre y pastor, estar al lado de los sacerdotes en todos los momentos y situaciones para ofrecerles aquello que necesiten”, agregaba en su nota, en la que pedía a Dios que iluminara a los jueces.
... y de sus compañeros
Otos sacerdotes de la región, al conocer el fallo contra Beltrán, también se pusieron de su lado y leyeron un comunicado conjunto al final de las misas en el que aseguraban que creían “en la inocencia absoluta” de su compañero, a pesar de que los tribunales habían negado esa inocencia.
http://www.elplural.com/macrovida/detail.php?id=47435
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