ROMA (AP) _ Grupos reformistas de la Iglesia Católica marcharon el martes a la Plaza de San Pedro para exigir que el Vaticano inicie discusiones sobre la ordenación de mujeres como sacerdotes, además de criticar la forma en que manejaron la crisis por abusos sexuales por parte de curas.
Representantes de media decena de grupos católicos reformistas se manifestaron en vísperas de tres días de actos para poner fin al año del sacerdote, declarado por la Iglesia.
Funcionarios de la Santa Sede han dicho que el papa Benedicto XVI podría ofrecer disculpas por las violaciones y abusos sufridos por niños a manos de sacerdotes.
El grupo Conferencia por la Ordenación de Mujeres dijo que el Vaticano no debería celebrar el sacerdocio al mismo tiempo que "cierra los ojos cuando los hombres en sus filas destruyen las vidas de niños y familias".
"Mientras la jerarquía dedica su tiempo a encubrir escándalos y realizar grandes festejos, las mujeres católicas trabajan por la justicia y por lograr cambios positivos en el mundo'', dijo Erin Saiz Hanna, directora ejecutiva de la conferencia.
Saiz Hanna habló en una conferencia de prensa antes de que una decena de miembros de los grupos reformistas fueran a la plaza a repartir volantes a turistas, sacerdotes y transeúntes. Abandonaron la plaza ante un pedido de la Policía.
Entre los manifestantes había dos mujeres excomulgadas por haber sido ordenadas como sacerdotes, además de representantes de Somos la Iglesia, un grupo reformista creado en Austria tras un caso escandaloso de abuso clerical que involucró al difunto arzobispo de Viena.
"Las revelaciones chocantes de abusos en la Iglesia Católica y Romana mundial y su ocultamiento durante décadas muestra claramente la escandalosa aberración que puede causar un sacerdocio masculino sobrevaluado con celibato forzoso", dijo la miembro del grupo Angelica Fromm.
Austria es un caldo de cultivo del movimiento reformista, en parte porque el actual arzobispo de Viena, cardenal Christoph Schoenborn, ha pedido un estudio franco del celibato sacerdotal y otros asuntos polémicos.
Schoenborn reemplazó al difunto cardenal Hans Hermann Groer en 1995, cuando salieron a la luz denuncias de que Groer había abusado de jóvenes en un monasterio en la década de 1970.
También convergieron sobre Roma representantes del principal grupo estadounidense defensor de las víctimas de pederastia, Red de Sobrevivientes de Abusos por Sacerdotes. Exigen que el Papa ofrezca disculpas y anuncie una política de tolerancia cero para que los sacerdotes abusivos no tengan contacto con niños.
También piden que se detenga el proceso de beatificación del papa Juan Pablo II mientras se investiga su presunto conocimiento y encubrimiento de abusos.
Entre los casos más escandalosos de inacción y presunta complicidad del Vaticano con sacerdotes abusivos figura el del fundador de los Legionarios de Cristo, el padre mexicano Marcial Maciel, muy estimado por Juan Pablo II debido a su habilidad para recaudar dinero y atraer vocaciones.
El mes pasado, la Santa Sede dijo que tomaba el control de la orden al determinar que Maciel llevó una doble vida "despojada de escrúpulos y auténtico sentido religioso" en la que abusaba de niños.
Con todo, el Vaticano no ha reconocido haber cometido falta alguna.
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